
© Balcó al Poble Sec
Me disperso con facilidad. Siempre ha sido así, cuando tengo que hacer algo, cualquier otra actividad adquiere un atractivo impensable unos segundos antes.
Intenet y las redes sociales no han hecho más que agudizar esta tendencia, por lo que, en determinadas fases de la escritura, tengo que forzar lo que la voluntad por sí misma no logra y desconectarme. Es lo que hice las últimas semanas.
Tal vez algún día debería leer el libro de Ramón y Cajal, Reglas Consejos sobre investigación científica, que lleva el tremendo subtítulo, Los tónicos de la voluntad. Pero todavía guardo el recuerdo de la serie de televisión, Ramón y Cajal. historia de una voluntad, y la terrible escena en la que Silveria (Verónica Forqué), su mujer, aporrea la puerta del laboratorio del científico (Rodolfo Marsillach) porque su hijo se está muriendo. Él abstraído sus investigaciones y en el microscopio, no abre.
¿A qué viene todo esto? A que cuando se publicó en su momento la maravillosa entrada sobre Pensión Leonardo en el blog La gran novel.la de Barcelona, no le presté la debida atención porque estaba “desconectada” de internet. No del todo, me enteré por twitter, pero hasta hoy no he tenido ocasión de leerlo con la calma y concentración que se merece un artículo que muestra algunas claves de la época en la que transcurre la novela, la Barcelona de mediados de los sesenta, algunos de los escenarios, imágenes y, lo que me ha alegrado profundamente, las citas de canciones de Serrat escondidas a lo largo del texto.
La podéis leer (en catalán) pinchando aquí: Pensión Leonardo – La gran novel.la de Barcelona.
La imagen que ilustra esta entrada la he tomado del mismo blog.
Muchas gracias.