Hoy han abandonado la casa los siguientes objetos:
- 1 bañador verde del que me temía que, dada su antigüedad, se desintegraría con cualquier contacto con el agua.
- 4 rotuladores secos. Hace unos días le hablé de este diario a una amiga. Le mostré un par de entradas anteriores. En la del 12 de noviembre ya salía un rotulador seco. Me recordó el truco que usábamos para sacarles provecho hasta el final: abrirlos por el extremo contrario a la punta y echarles un poco de alcohol. Ambas recordamos espectaculares catástrofes, con tinta saliendo sin control y empapando varias capas de papel, la mesa y la ropa. Puro gore.
- 2 cintas con cascabeles de los conejitos de Pascua de Lindt.
- 1 tiranosaurio de plástico. Ya sé que en la foto da incluso un poco de pena, pero le faltaba una pieza y no se sostenía de pie. Lo tenía sobre una estantería en mi estudio. Se caía al suelo constantemente y tenía que volver a montarlo. Nunca me quedó muy claro cómo podía pasar eso; si era algún golpe de aire o mi marido que le tenía manía al bicho y lo tiraba. Tal vez fuera un tiranosaurio-lemming, que hoy dio por fin su salto definitivo.
- 1 goma de borrar. Sí, es la goma en la que se apoya el tiranosaurio. Por la dureza y su capacidad para destruir papel, tiene que ser también más o menos del cretácico.
- 6 cinturones de prendas que hace años que no tengo.
Total: 15