«La memoria hace cosas muy extrañas. Hace unos días, mientras estaba trabajando, vi por la ventana de mi estudio que una paloma se posaba sobre una rama demasiado joven para el peso del pájaro y, por una asociación de ideas que solo se puede entender a posteriori, me sorprendí diciendo: «¡Mátalos, Turú!».
Me imagino que la mayoría se estará preguntando quién o qué es Turú. Pero que en la cabeza de algunos, seguramente nacidos en los 60, habrá sonado un graznido maligno. Porque Turú es un pterodáctilo. Para más señas, un pterodáctilo amaestrado que apareció en un episodio de una serie de dibujos animados que se llamaba ‘Jonny Quest’.  Una serie que veía a la hora de la merienda cuando tendría 11 o 12 años. Hasta entonces los dibujos animados eran historietas cómicas, pero aquí se trataba de las aventuras de una niño de unos 11 años, Jonny, de ahí el título, que viajaba por todo el mundo con su padre, el doctor Benton Quest, un famoso científico (ahí aprendí que no todos los doctores son médicos); un piloto con pinta de galán y un nombre, Race Bannon, que dejaba claro que era un aventurero; un niño hindú, Hadji, que llevaba turbante, es decir, elemento exótico, y un perro con cara de tonto, Bandido, que aportaba el contrapunto cómico. Como ven, todos los elementos del relato de aventuras. (…)»

Para leer el texto completo, sólo hay que seguir este enlace: Cuando esto sea una historia.
Tribuna publicada en El Periódico el 29 de agosto de 2020.